Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr, fue considerada en su tiempo como la mujer más bella del mundo y ha pasado a la historia del cine por ser la primera actriz que se exhibió totalmente desnuda en la pantalla e interpretar un orgasmo con el rostro en primer plano. La película se llamaba Éxtasis. Fue rodada en Praga por el director Gustav Machaty, en 1932. Hedwig tenía 16 años.
Miss Lamarr será eternamente recordada por la película Sansón y Dalila, la única que le dio fama. Tuvo mala suerte. Rechazó el papel de protagonista en Luz de gas y en Casablanca. También estuvo a punto de rodar Lo que el viento se llevó.
Pese a tener una carrera más o menos prolífica, en lo que verdaderamente Miss Lamarr destacó fue en el campo de las ciencias. Hedy Lamarr se abstuvo de fiestas, contrariamente a lo que se estilaba en Hollywood. Su pasatiempo consistía en inventar. Algunas de sus aportaciones fueron:
Torpedos infalibles. El más importante (en colaboración con el músico de vanguardia Georges Antheil, autor del Ballet Mécanique) fue un "sistema secreto de comunicaciones" (1941) entre aviones y barcos para dirigir un torpedo con señales de radio cortísimas que cambian de frecuencia arbitraria y simultáneamente para evitar ser interceptadas. Es el germen de sistemas como el GPS, Bluetooth, teléfono móvil y wifi. También trabajó en un escudo antiaéreo.
Coca-cola instantánea. Ideó una pastilla que se disolvía en agua para conseguir un refresco de cola. Howard Hughes le facilitó dos químicos para asesorarla. Finalmente, no funcionó.
Lifting y otras ideas. Trabajó en un sistema de "estiramiento de piel basado en el acordeón", imaginó el collar fluorescente para perros, un nuevo tipo de semáforo o cambios del diseño del Concorde.
Tras ello, cabe preguntarse.... ¿Cómo llegó Miss Lamarr, una actriz sin estudios al origen de tecnologías más que indispensables? Su padre era un banquero maravillado por los adelantos mecánicos y su madre la convirtió en concertista de piano. Con su primer esposo, Friedrich Mandl, acaudalado fabricante de armas, compartió sobremesas con diplomáticos, estadistas (Mussolini fue uno de los invitados) y militares alemanes que discutían la última innovación bélica. Todo ello fraguó en ella una serie de ideas y conceptos muy adelantados a su época, conviertiéndola en toda una revolucionaria.
En 1997, tres años antes de su muerte, recibió el primer reconocimiento. Hedy, convertida en litigante profesional y ocasional cleptómana, rehusó recoger la distinción.
En su cumpleaños, el 9 de noviembre,en su honor, se celebra el Dia del Inventor.
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