7/12/11

"Clase B": otra forma de hacer cine

En estos días de "puentes" varios, unos amigos vinieron a cenar a casa, y antes de sacar los "Ferrero"  (en forma piramidal siempre) como toda anfitrión que se precie, estuvimos debatiendo qué películas nos gustaban y el porqué. Tras negarme a alabar Entrevista con el Vampiro, me comentaron que a mi siempre me gustaban los films de "clase B".

¿Hasta qué punto tenían razón? Y lo que es más importante, ¿qué es exactamente la "clase B" en el cine?

Las pelí­culas de “clase B” surgieron como respuesta de los estudios de Hollywood a la caí­da de público experimentada tras el crack de 1929. Para maximizar beneficios, las grandes Estudios optaron por ofrecer dos largometrajes por el precio de uno. El plato fuerte serí­a una lujosa producción de “clase A”; el “relleno”, un barato filme de “clase B”. Nació así­ una tipologí­a que serí­a adoptada por los propios estudios y generalizada a través del tiempo. Las pelí­culas de “clase B”, usualmente de género (westerns, gángsteres, terror o ciencia-ficción), se caracterizaban por su bajo presupuesto, contar con actores poco conocidos (o viejas glorias en las últimas) y rodarse en muy poco tiempo. Los grandes estudios tení­an unidades especializadas en pelí­culas de “clase B”, pero también habí­a pequeñas compañí­as como la Republic o la Monogram que se dedicaban a este tipo de cine.


A pesar de la denominación “clase B”, muchas de las pelí­culas que aparecieron por esos tiempos, se convirtieron en clásicos del cine, lanzando a directores y actores a la fama y al éxito. Pelí­culas como El último refugio (1940), que catapultó a Humphrey Bogart a la fama, o La mujer pantera (1941) que le dio la entrada a Jaques Tourneur para hacer grandes pelí­culas “clase A”.


El cine “clase B” también fue el campo de prueba de muchos directores. El cine “clase B” propició las condiciones para que los cineastas experimentaran y crearan nuevos lenguajes o abordaran temáticas menos comunes.

Tras la caída del sistema de estudios a finales de los años 50, pasó a llamarse “clase B” a toda pelí­cula de bajo presupuesto, y más tarde se convirtió en sinónimo de cine de baja calidad. Pero, a pesar de sus connotaciones peyorativas, muchas de las cintas de “clase B” que aparecieron en aquella época (La mujer pantera, Yo anduve con un zombi) se convirtieron en clásicos, lanzando a la fama a directores como Jules Dassin, Jacques Tourneur y Anthony Mann. Directores que, trabajando en la más absoluta precariedad, hicieron algunas de las mejores pelí­culas de su tiempo.


Como curiosidad, comentar que a finales de la década de los 50, se originó un subgénero del cine “clase B”, el “cine Z”, que tení­a un presupuesto aún más miserable y una edición más mala que su antecesor.

Por todo ello, y básandome en lo comentado anteriormente,afirmo pues que efectivamente me gusta y defiendo el cine de "clase B", entre otros muchos géneros. Surgiéndome la siguiente duda... ¿no podría considerarse, a día de hoy, cine de "clase B" a toda la bazofia que se proyecto en los cines, que pese a contar con un presupuesto mucho más abultado, tienen un argumento y un reparto que roza (y sobrepasa) la mediocridad? No, no creo que puedan equipararse ambos típos de films.

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