16/11/11

Los lunes son días Marlene

El pasado lunes, como todos los lunes, fue un día Marlene. Y no por que el pasado lunes fuera especial, no. Sino por que todos los lunes vemos en casa alguna película de la filmografía de Miss Dietrich.

La verdad es que no recuerdo como surgió la iniciativa, me imagino que comentáramos la gran cantidad de películas de Marlene que teníamos y que apenas habíamos visto. Así que institucionalizamos los lunes Marlene.

Apenas nos quedan por ver unas diez película de su filmografía, así que este lunes elegimos "El Principe Mendigo" (1944).


Poco había leído sobre este film nominado a 4 Oscars, aunque siempre que se hacía referencia a él, se comentaba lo espectacular del atrezzo de Miss Dietrich y su inigualable baile arabesco pintada cual estatua dorada.


Marlene siempre ha dicho del film que lo realizó básicamente por ganar dinero, pues el papel que interpretaba no valía mucho la pena. Pese a eso, fue su primera película para la Metro Goldwin Mayer, algo ansiado por todas las actrices de la época, pues se decía que ofrecían excelentes condiciones laborales. Por ello, y para preparar el papel, tomó unas lecciones de danza exótica.

Al situarse la trama en Bagdad, el vestuario de Marlene contaba con cierta importancia, por ello junto con su modista Iréne tuvieron una sorprendente idea respecto, que aunque en un principio les pareció extraordinaria, al final no salió del todo bien. Se trataba de bailar con un pantalón formado por centenares de cadenitas de oro, que sonara ligeramente a cada movimiento y que brillara bajo las luces del estudio. Por ello, durante varias horas al día los estilistas le ajustaron las cadenitas de oro alrededor de los muslos, uniendo los eslabones con unas pinzas. Tal y como estaba previsto, llegó el día de firmar la escena, y Marlene coménzó a bailar. De repetente.... todas las cadenas empezaron a sonar unas con otras y el pantalón se rompió.

Todo ello provocó en Marlene una crisis de ansiedad, pues las fechas del rodaje eran muy ajustadas. Pero tras estar varias horas llorando, Marlene tuvo la solución. Pintarse las piernas con pintura para muebles.

Al día siguiente, a las 6 de la mañana, dos maquilladoras provistas de pinceles le embadurnaron las piernas con pintura color oro. El resultado no podía ser mejor.

Una hora después sucedió lo inevitable. La pintura se adherió tanto a sus piernas, que le provocó una bajada térmica. Se instalaron unas estufas, y finalmente se realizó la escena. Tras ello, el médico del estudio le prohibió seguir rodando bajo esas circustancias, pues la piernas de Miss Dietrich se volvieron verdes debido a una obturación grave de los poros.

Pese a ello, el rodaje finalizó con éxito, y aunque la película no fue un box office en taquilla, no defraudó a los fans de Marlene, siempre deseosos de nuevos films de la estrella.




Tras lo dicho, una película muy recomendable, con una estética muy vistosa, y un guión que, aunque muy de  Disney, logra entretener y convencer.

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