28/11/11

Y Béla Lugosi se convirtió en Drácula

El repertorio de películas de terror de la Universal se extiende de 1931 a 1948, cuando Abbott y Costello contra los fantasmas, dirigida por Charles T. Barton y producida por el propio estudio, pone fin al ciclo al ser su primera parodia. Sin lugar a dudas, el conjuto sirve de pórtico a todo el género. Se puede ser igual de categórico al afirmar que la entrada a dicho pórtico es Drácula, de Tod Browning.


Sin embargo los inicios no fuera fáciles para llevar a cabo la película. Cuando la Universal se propuso producir Drácula, se encontraba al borde de la quiebra por la dificil situación económica que atravesaba el pais, habiendo perdido el interés por el cine de terror. No obstante, la cinta constituyó un éxito de público sin precedentes desde el mismo día de su estreno. Los beneficios obtenidos por el film fueron cifrados en 700.000 dólares a nivel nacional y 1,2 millones en todo el mundo.

¿Cuales fueron entonces los motivos que propiciaron tal éxito? Está claro. La afluencia masiva de espectadores demostró de un modo irrefutable la avidez de fantasía que desató la dificil situación económica. El hecho de que la Universal consintiera una película que versaba sobre uno de los más repugnantes deseos humanos, viene a probar la complacencia del poder con las  historias que transladaban al espectador a los terrores de ultratumba, haciendole olvidar los horrores cotidianos. Y esa complacencia se traduce, obviamente, en dinero.

Personalmente, más allá de la aparición, o mejor dicho, del resurgimiento del género, este film goza de importancia por darnos a conocer a uno de los actores más importantes del género; Béla Lugosi.


Bela Blasko nació el 20 de octubre de 1882 en Lugos, Hungría, en el seno de una familia acomodada. Su padre era banquero, aunque la muerte de éste cuando Bela tenía 12 años, provocó que el joven Lugosi se pusiera a trabajar como minero. Poco después, comenzó a estudiar interpretación en la Academia de teatro de Budapest.

A los 19 años se convirtió en una estrella de la escena húngara (conocido como Arisztid Olt) y en 1915 debutó en el cine. En esta época, Bela se involucró muchísimo en el contexto histórico en que vivía su país. Participó en la 1ª Guerra Mundial y cuando la monarquía húngara fue derrocada se significó como uno de los principales abanderados de la izquierda, fundando el sindicato de actores. En 1917 se había casado por primera vez con Ilona Szmik, de quién se divorciaría en 1920. Cuando el régimen comunista comenzó a declinar, Lugosi se trasladó a Alemania y posteriormente a los Estados Unidos. Sin dominar el inglés y con un acentuado acento húngaro, Bela (adoptó el apellido Lugosi en homenaje a su lugar de nacimiento) consiguió debutar en Hollywood con la película The silent comand (1923). Tras un período de inestabilidad, Lugosi consiguió en 1927 hacerse con el papel de Drácula en la obra teatral del mismo título que se iba a representar en Broadway. La función resultaría todo un éxito y Bela se afianzaría como actor cinematográfico, aunque por ahora sin demasiado renombre.


Su boda con la millonaria Beatrice Week, que duró escaso tiempo, debido a su affaire con la estrella del cine mudo Clara Bow le supuso una publicidad extra. La gran oportunidad de Bela Lugosi llegaría cuando otro mito del cine de terror, Lon Chaney, no pudo encarnar por motivos de salud al conde Drácula en el film que estaba preparando la Universal. Tod Browning, su director, recomendó a Lugosi y finalmente el húngaro aceptó el papel que le convertiría en una superestrella mundial. Poco después, rechazó intervenir en Frankenstein aludiendo a la escasez de diálogo y el exceso de maquillaje. El papel sería para Boris Karloff, su rival en el estrellato del cine fantástico y de terror en los años 30 y 40. En 1933, Bela contraería matrimonio por tercera vez con Lillian Arch, su esposa hasta 1953.


Durante toda la década de los 30 y la primera mitad de los años 40, Bela Lugosi no cesaría de trabajar en multitud de películas del género. El doble asesinato de la calle Morgue (1932) de Robert Florey, La isla de las almas perdidas (1932) de Erle C. Kenton, Satanás (1934) de Edgar G. Ulmer, El cuervo (1935) de Louis Friedlander, La sombra de Frankenstein (1939) de Rowland V. Lee o Asesinato por televisión (1939) de Clifford Staniforth son algunos de los títulos más destacados de Bela en su época de esplendor. También en este período apareció brevemente en la comedia de Ernst Lubitsch, Ninotchka (1939).

Los años 40 supusieron un cierto declive para el actor ya que mayoritariamente eran producciones de serie B y muchas de ellas de tono paródico. Además, su vida se inestabilizó ya que Bela asumió en la realidad la personalidad de vampiro que le había hecho famoso y se convirtió en un adicto a las drogas. Frankenstein y el hombre lobo (1943), dirigida por Roy William Neill es uno de sus títulos más populares en este decenio.
Olvidado por los grandes estudios e inmerso en el mundo de los estupefacientes, Bela Lugosi pudo regresar a la actuación gracias al requerimiento de un extraño fan llamado Ed Wood Jr., considerado como el peor director de la historia del cine. Bajo las órdenes de Wood aparecería en tres películas de serie Z, todas ellas de muy escasa entidad, Glenn or Glenda? (1953), Bride of the monster (1955) y Plan 9 from outer space (1956).

En 1955, Bela se casaría por cuarta vez con Hope Lininger, a quien dejaría viuda el 16 de agosto de 1956, cuando Lugosi murió de un ataque al corazón en Los Ángeles. Tenía 73 años y la leyenda de terror sería enterrado con la capa del personaje que lo haría popular, Drácula.

No hay comentarios: